Nuestra predisposición al consumo aparentemente no responde a nada, pero lo cierto es que la publicidad en el punto de venta induce a la compra por impulso. Compramos por impulso inducidos por los cientos de impactos publicitarios que recibimos constantemente, los estudios de mercado más recientes afirman que el 70% de nuestras compras no son racionales. ¿Qué nos pasa como consumidores cuando en algún momento sentimos una necesidad interna de adquirir determinado producto? La respuesta está en nuestro cerebro, muy sensible a los estímulos emocionales y también a la percepción de riesgo. En la compra por impulso, cuanto menor es el valor, más fácil es tener una predisposición a realizar la compra, ya que la percepción de riesgo económico es muy baja o inexistente. Nadie hace una compra por impulso de un producto caro, como puede ser una vivienda o un coche. En cuanto a las emociones, todo lo que es capaz de conectar con nuestras ilusiones y deseos más efervescentes, tiene muchas posibilidades de desencadenar un comportamiento de compra impulsiva.
Mensajes publicitarios y mecánicas que provocan la compra por impulso
En las agencias de publicidad, cuando nos ocupamos del lanzamiento de un producto o de una campaña de comunicación, evaluamos constantemente lo que pueden ser los desencadenantes de la compra por impulso y lo que no. Más allá del precio, vital en el proceso de venta, el packaging, las mecánicas promocionales y las ofertas, así como la calidad de la fotografía, el diseño gráfico o los mensajes publicitarios, son fundamentales como desencadenantes de la compra.
La compra por impulso no se hace de forma no premeditada, la necesidad de comprar llega sin razón aparente. De repente estoy ante un producto que no teníamos pensado comprar, pero por algún motivo ahora está en mis manos y lo quiero, y lo que es más grave, siento que lo necesito. En realidad estoy siendo objeto del resultado de una estrategia de marketing predeterminada. Un cóctel que contiene tan sólo 4 ingredientes:
- Un diseño gráfico con una promesa de venta clara y directa.
- Un producto colocado de forma estratégica en el lineal.
- Un mensaje emocional, atractivo y evocador.
- Un precio gancho en forma de oferta, descuento o más producto por el mismo precio, como puede ser 2X1.
La compra por impulso es un acto inconsciente de nuestro cerebro
La compra por impulso se realiza de forma espontánea, pero en realidad es un tipo de compra en la que como consumidores otorgamos al producto un significado, un valor que en muchas ocasiones suple nuestras deficiencias afectivas, por lo que al comprar obtenemos la sensación de satisfacción. El hecho de comprar activa el circuito cerebral de la recompensa, dicho de otro modo, me doy un premio personal, un pequeño capricho, entre otras cosas porque pienso que me lo merezco, por este motivo, la mayoría de las cosas que compramos no las necesitamos.
Se dice que las personas que nos dedicamos a la publicidad y el marketing trabajamos para crear necesidades a las personas, para que éstas sientan la necesidad de comprar. Nada más lejos de la realidad, los profesionales de la comunicación nos debemos a las marcas que te contratan para comunicar las excelencias de sus productos de la forma más efectiva posible. Pero en cierto modo, aplicamos todos los mecanismos descritos en este artículo para incentivar la compra de determinada marca o producto.
Jordi Corella
@jordi_corella